miércoles, 5 de diciembre de 2012

La escuela pública en la que creo


¿A qué nos referimos cuando defendemos una escuela pública de calidad, universal, gratuita, multicultural, igualitaria y laica?

En muchas ocasiones las plataformas en defensa de la escuela pública utilizan esos adjetivos para describir cuál es el ideal de escuela pública que esperan. En el fondo, recogen un sentir mayoritario de las personas que consideramos la escuela pública como el pilar básico sobre el que asentar el futuro y el progreso de nuestra sociedad.

Defendemos una escuela pública, una escuela de todas y todos, de modo que desaparezcan en aquellos lugares donde hoy en día no son necesarios los conciertos educativos, de modo que se formalicen porque la red pública no pueda atender la demanda, en esencia, para lo que fueron pensados estos conciertos. No nos dejemos engañar con el falso argumento de la libertad de elección o la supuesta superioridad de la educación en los centros concertados, no caigamos en la discriminación por rentas y recursos, limitando el libre acceso de todos los colectivos sociales a estos centros. Ahí radica la diferencia entre un centro público y uno privado concertado, en la limitación a ciertos colectivos con dificultades económicas, sociales o de aprendizaje, que marginan, porque como empresas que son, pueden "lastrar" la actividad de los centros y por tanto, su rentabilidad.

Defendemos una escuela pública de calidad, con ello lo que esperamos es que la educación pública esté dotada de los medios necesarios para desarrollar con eficacia y eficiencia sus actividades. Se hace por tanto imprescindible dotar de recursos el sistema público, avanzando en la lucha contra el fracaso escolar que actualmente tenemos en el conjunto del sistema educativo (público, privado y privado concertado).

Defendemos una escuela universal, que llegue a todos los niveles de la sociedad con independencia del nivel económico y social de las y los alumnos. Porque en pleno Siglo XXI las clases y las castas han de desterrarse de la sociedad y de los centros educativos.


Defendemos una escuela gratuita, libre de toda carga económica para los padres por el derecho a la educación que sus hijas e hijos reciben. El modelo ideal, sería aquel en el que los padres y madres sólo tuviesen que abonar los consumibles correspondientes, es decir, los libros en un Estado del Bienestar como el nuestro deberían pertenecer a la administración, responsabilizándose las madres y los padres del correcto mantenimiento de los mismos. Fomentando pues, el respeto por los demás y el cuidado del entorno como parte de una sociedad global.

Defendemos una escuela multicultural, en la que el respeto al diferente sea una seña de identidad, donde nadie deba sentirse discriminado por tener unas costumbres o una cultura diferente, la escuela ha de ser nexo de unión entre culturas, integrando e interrelacionancionado a diferentes, de modo que el resultado sea una sociedad heterogénea en postulados y en respetos.

Defendemos una escuela igualitaria, conscientes de que todas y todos debemos ser iguales en todos y cada uno de los aspectos de la vida, la escuela ha de formar en ese respeto al alumnado. No cabe por tanto la segregación por sexos, sencillamente porque en la sociedad no estamos segregados hombres y mujeres. La educación en igualdad y el castigo de comportamientos sexistas, será el mejor instrumento para desterrar de una vez por todas la violencia sexista de nuestra sociedad.

Y por último, defendemos una escuela laica, y con ello no estamos defendiendo una escuela que niegue la existencia de la religión o la margine, tampoco pretendemos instaurar el ateísmo en la sociedad. Al defender una escuela laica, defendemos una escuela que se dedique a formar ciudadanas y ciudadanos, sin entrar a valorar las más íntimas creencias de cada individuo. Por tanto, para quienes defendemos este tipo de educación, nos parecería oportuno la retirada de símbolos religiosos de las aulas, así como la formación espiritual en los centros; Dado que se trata de algo intrínseco a la persona, el ámbito privado será el propicio para fomentar las creencias. Debemos revisar los acuerdos con la Iglesia Católica en materia educativa. Desde la perspectiva laica, se persigue el respeto a todas y cada una de las religiones, como no podía ser de otra forma, pero sin confundir el respeto con la imposición o con los privilegios de una o unas pocas.

Eduquemos pues en la igualdad, el respeto y la convivencia pacífica y estaremos contribuyendo a construir una sociedad más justa, más formada y en definitiva mejor.

4 comentarios:

Antón dijo...

Recuerdo aún a Felipe González exaltando a los obreros con que habría guarderías públicas. O me perdí algo, o habrá que pensar que tiene la culpa la Iglesia Católica.

Ya es obsesiva la fijación que tienen algunas personas con la jodida religión católica. Pero, si, si es que repartimos el pastel entre otras religiones, entonces ya es más llevadera la penitencia.

Y que te lo tenga que recordar quien se caga en Dios todos por lo menos una docena de veces, tiene muchos guevos.

Y no os quejar más, que parece que aquí nunca gobernó la izquierda.
Primero hay que criticar en casa para poder luego criticar la del vecino.

Una cosa es clamar por la justicia de tener derecho a una enseñanza de calidad y gratuita, y otra muy diferente y recurrente despotricar contra el asunto de la religión cuando manda la derecha y olvidarse de hacer lo mismo cuando manda la izquierda. Ahí es cuando a mi me gusta poner en un brete a la autoridad.
Lamentable.

Pelayo García dijo...

Gracias una vez más por tu visita y tu aportación.

Lo mío con la Iglesia Católica no es obsesión, de verdad. Sinceramente creo desde hace años que ninguna confesión ha de tener ningún privilegio y que las creencias religiosas han de inculcarse fuera las escuelas. De ahí que carezca de sentido el repartir el paste entre más confesiones.

Respecto a las guarderías públicas hoy son una realidad y seguro que algo tuvieron que ver los diferentes gobiernos socialistas.

En mi explicación expongo el modelo de escuela pública que yo considero correcto, ello no me impide valorar o menospreciar otros modelos. En la escuela privada no tengo ninguna objeción a que se trate a la religión( sea cual sea) como eje sobre el que ha de girar toda la formación del alumnado, desde luego este no es mi modelo.

No trates de limitar la exposición al último punto, para tratar de deslegitimar el resto. ¿No te parece bien que la escuela pública sea de calidad, universal, gratuita, multicultural, igualitaria y laica? Pues ese será tu modelo, que por otra parte no tiene porque ser opuesto al mío y probablemente el mío no será el mejor, pero no puedo defender otro en el que no crea.

Y por último, cuando haces referencia a un gobierno u otro para reivindicar aspectos, soy el primero que he echado en cara al PSOE que no hubiera tenido valor para avanzar en la laicidad del Estado y haber acabado con parte de los privilegios de la Iglesia Católica, con ello también se contribuyó al alejamiento de una parte de electorado.

Decirte que yo he defendido y defiendo esta postura aquí, en la calle y las asambleas de mi partido, en su día en este blog dejé constancia de las enmiendas presentadas a la ponencia marco del 38º Congreso del PSOE en las mismas defendí lo mismo y en mi agrupación mis enmiendas salieron adelante: http://elcuadernodepelayo.blogspot.com.es/2012/01/enmiendas-la-ponencia-marco-y-estatutos.html

Antón dijo...

No te voy a contestar a las cosas que dices con las que no estoy de acuerdo, y tampoco a las que si puedo compartir tu opinión. Hoy solo voy a desearte un buen año nuevo.

Pelayo García dijo...

Como siempre y no como cumplido o rutina, te agradezco que visites y participes en este blog con el respeto, la educación y la libertad con las que lo haces .

Aprovecho yo también para felicitarte en estas fechas y para desearte un año próximo más feliz y próspero que este que dejamos.